La capacidad comunicativa de las obras arquitectónicas constituye una multiplicidad de símbolos comunes a través de sus formas singulares y eclecticismo estilístico. Esto hace de La Plata una ciudad expresiva, pletórica de obras de culto aprehensibles por todos nuestros sentidos, parte constitutiva de nuestra identidad y sentido de pertenencia.
Las imágenes que vemos aquí, son la muestra de nuestra memoria cultural urbana que tuvo a la razón y la emoción como base de su planificación y su desarrollo guiados por la luz del conocimiento de sus fundadores y hacedores.
A riesgo de convertir la frase “No verás nunca más ese lugar al que perteneciste”, Nilda Céspedes y Micaela Santa María toman una postura ética de compromiso, advertencia y denuncia con sus fotografías para que la síntesis, la reducción de ideas, la invasión de la sombra (metafórica y real) no conviertan a nuestra ciudad en algo anodino, homólogo en formas, anónimo y repetitivo.
Texto curatorial de la Exhibición que se presentará hasta noviembre
en La Protectora S.S.M. (49 Nº 674, entre 8 y 9 Ciudad de La Plata)
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