Gracias a los "desarrolladores" y funcionarios que "están haciendo", hoy lamentamos una muerte.
El abandono al que estamos sometidos como habitantes de la ciudad de La Plata, víctimas de la especulación inmobiliaria, tiene consecuencias: destrucción de nuestra identidad, devastación de espacios verdes y árboles, tránsito descontrolado, abandono, suciedad. Y muerte.El derrumbe en 38, 3 y 4, por vicios en la demolición y posterior construcción de una torre más, en un barrio donde NO debería haberlas, se cobró una vida.
A la sombra de las torres que sin precauciones se levantaban en cualquier lugar de La Plata, ya hace un año que desde Defendamos La Plata, junto a profesionales y técnicos especializados, anunciamos que esto podía pasar.
El relajamiento de las normas de construcción para favorecer la especulación inmobiliaria establecido en el nuevo Código de Planeamiento Urbano, impuesto de manera prepotente por la administración Bruera –y todos sus socios especuladores– a la Ciudad, provocó una estampida de demoliciones y construcciones no programadas. Sin controles adecuados, sin estudios ambientales, sin una proyección seria de crecimiento, sin protección para nosotros y para la memoria de nuestros barrios y nuestra ciudad.
Con esa falta de respeto y con esa prepotencia se trató el patrimonio de La Plata y se agredió a nuestra calidad de vida. Se agredió a cada platense y a aquellos que ya no están también, al agredir impunemente el patrimonio y su recuerdo en la memoria de la ciudad.
Es una muestra de cómo estamos siendo tratados, de lo que importa nuestro cotidiano y nuestra vida para aquellos que deberían cuidarnos.
Es, en definitiva, la medida del egoísmo y de la arrogancia más estúpidos de una administración que hace oídos sordos a los reclamos de los vecinos.
Hoy se cobra una víctima, una joven platense, con nombre y apellido, que deja un hijito.
Hoy se cobra una víctima, una joven platense, con nombre y apellido, que deja un hijito.
