Durante las horas posteriores al temporal de ayer 5 de febrero los platenses sufrimos, otra vez, la ausencia del estado. Una helada indiferencia -que muchos creían enterrada en el tiempo- volvió a empaparnos, arrastrando nuestra memoria colectiva hacia 2013.
El desolador espectáculo de árboles y ramas caídas, el cuadro de postes de cableado -ilegales y peligrosos, como hemos denunciado- derribados, los teléfonos de emergencia que no se atiendieron y ausencia absoluta de respuesta en la calle, horas incluso después de que el temporal amainase, indigna y preocupa, y tendrá consecuencias en un año electoral.
La administración Garro perdió, ya fuera por deber o cálculo, la oportunidad de demostrar que era diferente a Bruera.
Por más pose de "comité de urgencia" que se pretenda difundir, la ausencia no se disimula con una foto. Y será contraproducente si en este tema, como en otros, en la calle no existe presencia del estado.
Seguimos a la deriva. Hoy, cantidad de vecinos continúa sin servicios, y los destrozos siguen a la vista.
¿A dónde se destina el dinero que dejamos en las costosísimas tasas municipales, si ante un imponderable no hay respuesta del estado, ni de cuadrillas de asistencia a los barrios afectados, ni prevención, ni plan de contingencia siquiera para los vientos?
¿Qué habría pasado ayer, si en lugar de viento, hubiésemos tenido agua?
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