Abandono negligente de toda una comunidad en medio de la mayor catástrofe de su historia; abandono negligente durante las horas y días posteriores; incumplimiento de deberes de funcionario público; ocultamiento de datos sobre muertes; destrucción intencional de documentación pública sobre la inundación; conducta criminal ANTERIOR a que el estrago se produjera -cuando era absolutamente evitable-... y no pasó nada, no renunció nadie, nadie fue responsable.Huye el CERO A LA IZQUIERDA de Pachorrotti hacia el massismo (habría que analizar la antigua sociedad Massa-Bruera para evaluar si se trata de una huida, o de una avanzada), y ahí sí, remoción, destitución, solemne degradación. Viene a reemplazar al ido la candidata a diputada Valeria Amendolara, de idéntica responsabilidad ante el desastre del 2 de abril.
Está claro que para la administración bruerista lo que pasó esa noche no importa, y si se vuelve a repetir, tampoco.
Un centenar de muertes y la devastación de la ciudad aparentemente no tuvieron para los de Bruera la gravedad que sí tuvo la huida de su socio de travesuras.
Mientras esto ocurre en el Concejo Deliberante y sin que haya por parte de los concejales una mínima mención a ellos, parientes de víctimas y vecinos se movilizan al juzgado para respaldar al Juez Arias, el único representante del Estado que hasta ahora ha buscado darles una respuesta.
Amendolara va en las boletas para diputados. Ni olvido ni perdón.
