El balance de este primer año de la administración Garro,
depositaria de las mayores ilusiones por gran parte de los habitantes de La
Plata hace apenas 12 meses, resulta en negativas y desoladoras conclusiones, y
pronostica horizontes oscuros.
La ausencia casi absoluta de respuesta a los reclamos
vecinales -individuales y colectivos, muchos de los cuales precipitaron la
salida del Bruerismo y requerían una urgente respuesta-, el deplorable estado
del espacio público, que alcanza inauditos picos de abandono, con la novedad de
esqueletos de automóviles multiplicándose en las calles, sofoca toda otra
posibilidad de que florezcan en la calle el comercio, la convivencia y el
trabajo; el silencio respecto a la relación infraestructura / crecimiento
desplanificado de la ciudad; los desbordes cloacales; los basurales a cielo
abierto -incluso dentro del casco de la ciudad en tiempos de dengue, zika y
chikungunya-; el pésimo transporte público; el vandalismo galopante y la violencia; el crecimiento exponencial de
los asentamientos (122 a la sanción del COU, hoy más de 200); la enajenación de
los espacios verdes y del espacio público; la continuidad de ciertos funcionarios
corruptos, incluso con orden de detención; la incorporación de funcionarios sin
mérito ni experiencia; fiestas clandestinas; insalubridad; talas vandálicas del
arbolado y reforestación cero; el cablerío ilegal enmarañando el cielo, y
restando la oferta laboral que supondría su soterramiento; la destrucción
constante del patrimonio, recurso no renovable, con argumentos copiados a la
gestión Bruera; el ruido insoportable y constante; el tránsito descontrolado
mediando la ausencia total del estado -siquiera en la pretensión de una
medida-; la lamentable puesta en escena que significó la elección del defensor
ciudadano; el mutismo cómplice respecto a la prometida derogación del siniestro
COU de Bruera; los beneficios a especuladores (disimulados como emprendedores o
constructoras) que ahora no pagan tasas sino una vez terminadas las
"obras"; el arrasamiento voraz, ya no del centro de la ciudad, sino
de la periferia, espacios verdes y cielo, a la sombra del ominoso COU de
Bruera/Garro, son los atributos lamentables de una gestión que parece haberse
volcado al desgano y la devastación.
Pero expresan algo peor, que es la burla inmoral a la
democrática voluntad de una mayoría que votó clamando por un cambio. Esperable
o no, este desprecio a la democracia es deplorable, y no será gratuito.
La desatención insolente de todos los compromisos vecinales
asumidos en campaña reducen el primer año de Gestión Garro -mediando el
abandono del resto de sus deberes- a cierta insana compulsión por el alisado
asfáltico, tal vez para pasar a gran velocidad del centro de la ciudad rumbo al
barrio cerrado, adelanta los peores pronósticos sobre una administración que
ganó las elecciones bajo el sambenito del cambio y el mérito, pero agita todos
los vicios de la anterior, como si de esmerados socios se tratara.
http://defendamoslaplata.blogspot.com.ar/2015/10/19-de-octubre-se-firmo-el-acta-de.html
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