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lunes, 16 de noviembre de 2015

El esperpento de 9 y 51 según los vecinos


Una vecina de La Plata nos manda estas fotos y este texto refiriéndose al espantoso edificio que se está levantando -con permiso especial de Bruera y su concejo deliberante-, en 9 y 51:
El cartel de 911 nos ofrece la oportunidad para denunciar que:
- nos robaron los palos borrachos que nunca florecerán.
- nos robaron la vereda y la rambla, caminamos por la calle desde hace casi 3 años con riesgo de vida 
- nos robaron las casas patrimoniales y enanizaron al Teatro Argentino.
- ¿El cartel de la puerta de entrada a la vereda dice que tiene de protección patrimonial? ¿Protegerá la casa escondida?¿La vereda y rambla con 5 subsuelos para los autos del hotel con salida por el espacio público?
- 9 y 51 no es una imagen del futuro, es una pesadilla SURREALISTA.
Es un mal sueño






lunes, 9 de noviembre de 2015

Más golpes sobre el Teatro del Lago: inoperancia de las administraciones


Vecinos denuncian vandalismo en el Teatro del Lago Martín fierro, ayer domingo 8 de Noviembre:  un grupo de personas entró sin permiso al teatro trepando las rejas, arrancó las molduras de los balcones del frente del teatro, y se los llevó como trofeo sin ningún tipo de intervención del municipio o la gobernación. El teatro pertenece a Provincia, aunque está bajo la órbita de la ciudad: dos administraciones suman su inoperancia a la hora de cuidar lo público.

Los vecinos llamaron al 911 en el momento: la policía desplazó a los malvivientes del lugar pero no recuperó las piezas perdidas.

Nuestro querido Teatro Martin Fierro sigue sufriendo la desidia y el abandono, ningún funcionario público ha respondido sobre el continuo deterioro del edificio dejándolo en manos del vandalismo que reina en el Bosque Platense.

En 2014, a partir de los repetidos reclamos vecinales su "puesta en valor" recayó sorprendentemente en el hermano del intendente Bruera, Mariano. A pocos días de difundirse esta "designación" hubo que lamentar una muerte: la de un obrero que trabajaba para la administración municipal en pésimas condiciones de seguridad. Fiel a su estilo, la administración negó toda responsabilidad en el hecho: el trabajador estaba en negro, no dependía legalmente de la municipalidad, que se distanciaba del hecho sosteniendo que el fallecido realizaba las tareas de mantenimiento en la cúpula del Teatro por "propia iniciativa". Luego del penoso incidente se abandonó todo atisbo de recuperación.

Hoy el Teatro está a su suerte, sin siquiera cuidador -aunque en su parte posterior estaciona sus móviles la policía-, y cualquiera puede entrar a plena luz del día a saquearlo sin que ninguno de los controles supuestamente implementados por el municipio y la gobernación resulten útiles.

Se ruega difusión para prevenir un mayor deterioro.